No me lo pensé dos veces, cogí la bici y me encaminé hacia la relojería.
Le conté a mi padre que mamá no estaba, aunque me reservé lo sucedido la noche anterior para mí mismo. Él me dijo que no me preocupase, tal vez hubiese salido a comprar o a dar un paseo.
-Seguro que vuelve para la hora de comer- Me revolvió el pelo y siguió con su trabajo: un magnífico reloj de agua, clepsydra se hacía llamar.
En su interior, contenía un líquido azulado con destellos dorados y unas mini estrellitas de colores, muy originales. Una delicia para los ojos, aunque esa forma de medición fuese bastante inexacta.
Los clientes no siempre buscaban lo clásico, y a mi padre gustoso, le encantaba innovar. Le guiñé un ojo, (tal y como me había enseñado, como arma para "conquistar chicas" según él).
A mí por aquel entonces me interesaba poco eso, prefería tirarles de los pelos o chincharlas en el colegio. Salí de la relojería un poco más tranquilo, y volví a casa.
Llegó la hora de comer y no apareció nadie. La preocupación volvía, y no era expresamente por mi padre. Comí cualquier minucia que encontré en la nevera y continué la paciente espera.
Acabé dormido entre los cojines del sofá. Cuando desperté, tenía la sensación de que había dormido siglos. Estaba anocheciendo, y yo estaba totalmente desorientado.
Me desperecé. ¿Qué hora sería?
Me asomé al reloj de la cocina. ¡Las nueve! Madre mía. ¡Condenado reloj!
Removí toda la casa buscando la presencia de alguien. Estaba asustado.
Llevaba todo el día sin saber de mamá. Movido por un presentimiento, volví a mi habitación.
Miré debajo de la almohada, esperando encontrar algo. Efectivamente, mis dedos se toparon con una carta. Rasgué el sobre y saqué una nota escrita:
"Hola cariño.
Siento tener que decirte esto, pero... me he marchado. En busca de mis sueños. Ya que tu padre ha dado con los suyos, y sabes que es el hombre más feliz del mundo. Pero yo aún no he cumplido mi destino, y siento que ya ha llegado la hora. Me entenderás cuando seas mayor. Dile a tu padre que lo quiero, que no se sienta culpable. Todos estos años a su lado (a vuestro lado) han sido maravillosos. Os llevaré en mi corazón siempre. Aunque me vaya lejos, no olvides que estaremos mirando el mismo cielo.
Te quiero"

No hay comentarios:
Publicar un comentario