lunes, 19 de agosto de 2013

Debilidades.

Mis dedos enredándose en tu cuello.
Recreándose en esa suavidad de ilusiones.
Riéndome de ti generando espasmos inducidos en cosquillas. Cosquillas.
Eso mismo. Seré tu pequeño monstruito que te haga retocer de risa y placer.
Embelleceré tu sonrisa con mis juegos sin fin.
Eres tan cálido...
Como los rayos que se filtran en la claraboya, que me acunan todas las mañanas.
Tenía ganas de escribirte, de sentirte en mi corazón.
Sólo tú sabes sacar esa niña con mirada perdida de entre la maleza.
¿Acaso es esto amor? Creo que sería incapaz de limitar con una palabra esta entrañable corriente de sensaciones.
Bailar sobre tu cuello, bajar las nubes del cielo y tumbarme sobre ellas mientras nos arrastramos en tu sien. Así.
Sometiste el arcoiris a tu mirada. Con él, hilaste una preciosa túnica para mí.
Túnica la cual todas las noches acaricia el desnudo cuerpo de la Reina de los Sueños. De tus sueños.

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