Escribo de mí para mí
y tal vez alguien pueda leerse
entre mis silencios.
Porque cuando te silencias, te fragmentas. Cuando te reprimes, te resquebrajas.
Acabas disociándote en múltiples yo.
Todos compiten por ser el mejor para ti, el que gane la partida y se materialice en palabras,
en actos, en existencia. Y todos los demás mueren... Una vez más. Otra. Y otra. Múltiples suicidios.
He dicho y he hecho cosas que no eran yo. Pero que también eran yo, con intenciones ocultas.
La verdad. ¿Mi verdad? No sé si existe.
Ni siquiera sé si existo en mi caótica autopercepción.
Tengo roto el sentido de la propiocepción mental.
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