Me encuentro en un terremoto lugar,
dónde el horizonte es sólo una cicatriz
del pasado del cielo.
Dónde los movimientos de tierra los provoco yo,
con mi fuero interno.
Mis plumas de magma afloran a mi piel,
que es rocosa montaña.
Escúchame:
Lo único que tenemos la luna y yo
en común son los cráteres.
Aunque ella no sangra cada vez que la impactan.
Yo me dejo golpear desde dentro.
Ese es mi renacimiento.
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