sábado, 12 de julio de 2014

¿Hemos perdido la capacidad de asombrarnos?

No quiero acostumbrarme a esta vida, a este mundo. 
Quiero tener siempre en mente que:

La vida es un amuleto de la suerte.
-Si estoy aquí, es por pura casualidad.
-El poco conocimiento que conozco me desconoce.
-La virtuosidad de una mirada está en el poder de tocar sin palabras.
-Sólo aprenderé una infinitésima parte del saber.
-Soy un mero instrumento:
 mi cuerpo es el puente que me permite contactar con otras mentes.
-Soy hasta dejar de existir.
-La capacidad que tiene el ser humano para crear es infinita y proporcional 
al potencial que posee para destruir.
-El placer es sólo el manifiesto físico del deseo mental.
-El lenguaje es esa hembra embriagadora que Nietzsche nunca llegó a conquistar.
-El esqueleto es la manera más rudimentaria de sostenernos.
-Querer en cuerpo y alma es imposible para la misma persona.
-Jamás no existe. 
-Tú y yo danzamos a la velocidad a la que el planeta Tierra quiere bailar.
-La antesala de la muerte es la vida.
-La derrota es sólo la victoria disfrazada de fracaso.
-Las puertas que no se ven son aquellas que acceden a más salidas.
-Las utopías son solo intentos desesperados por denominar lo imposible.
-Que yo, ahora mismo, esté escribiendo esto mientras otras vidas fluyen, es magnífico.
-El entramado de la vida es la telaraña más compleja nunca creada.
-Somos frágiles como el diamante y duros como el algodón.
-La existencia no es más que el escalón inferior a la inexistencia.
-El primer puesto se lo lleva la eternidad.
-De contradicciones también estoy hecha.
-De aforismos estoy deshecha.
-El Sol es la masa de fuego más afable que conozco.
-El Universo es la extensión de vida más imprecisa.

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