Mi refugio no es físico.
Mi casa árbol es mi mente, la cuál se nutre de palabras, vástagos de ideas, delirios oníricos, fantasías,vorágines hambrientas de caos, terrores, culpabilidad,
aislamiento que aísla mi ente.
Hay cuadros torcidos en ella, gotas de pintura que penden estáticamente en las paredes.
Un caballete ocupa una esquina bajo una luz mortecina.
Hay charcos de lágrimas en los que se refleja un arcoíris de ensueño.
Hay encanto, hay notas musicales colgadas en mi cabello.
Lechuzas y búhos ululando, hay vapor de vida y vida que se evapora.
Hay desaliento, desesperanza, gritos ahogados, escisiones en mi garganta.
Hay una chimenea que acoge, revitaliza, abraza con sus alas envolventes y flagrantes.
Hay estrellas que se fugan del cielo y vienen a habitar mi rocambolesca morada.
Hay pasado que se entrelaza con el presente.
Hay deseos inquietos, danzando y brincando, destellando.
Hay libros lámpara: la luz de sus historias ilumina mi estancia.
Hay inseguridad, desconfianza, arena movediza y pasos tambaleantes.
Hay una alfombra bajo la cuál escondo todo lo maligno.
Aparencia impoluta, impecable. Tan sólo apariencia.
Este contradictorio y contraindicatorio hábitat posiblemente jamás sea colonizado por nadie.
Esta ambivalencia será incomprendida hasta la eternidad de mi existencia.
Ahora que me he unido al universo blogger puedo seguirte ^^
ResponderEliminar"Hay libros lámpara", ese trocito me ha encantado.
Me pasaré a leerte, yo estaré por aquí http://alunaslejos.blogspot.com.es/
Un abrasote.
¡Gracias! Me ha hecho mucha ilu verte por aquí.
ResponderEliminarTe haré visitillas, ¡bienvenida! ^^