Estás toda una vida esperando ser encontrada por alguien.
Toda una vida que son dieciocho 3 de octubre.
Y cuando te encuentra no sabes qué hacer.
No sabes qué decir, no sabes cómo actuar.
Estás feliz al mismo tiempo que dudas de todo.
No sabes si eres lo suficientemente buena o lo necesariamente mala para él.
Vagas entre un páramo de emociones abandonadas.
Las recojes, las mimas, las cuidas.
Te das una oportunidad a ti misma.
Una oportunidad de quererte y dejarte ser querida.
Te abrazas y esperas al momento en que llegue la metamorfosis.
Pero no llega.
No...
Todo era mentira.
Ni mariposas que aguijoneen tu estómago,
ni un latir desbocado de tu corazón,
pugnando por salir de tu pecho.
Nada.
La nada te arrulla,
te ronronea,
se acurruca en tu regazo,
sobrecogedora.
Sin embargo, sigues alimentando con esperanza infinita
el brote que ha crecido en tu interior.
Tal vez...
Sólo tal vez...
Sea cierto que no pueda sentir.
Sólo son sospechas.
Así que seguiré recreando
en mi imaginación
la magia del amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario